Mario Astorga es el actual presidente de BordeRío, uno de los principales polos gastronómicos de la capital. Es especialista en gestión, dirección, planificación, educación y diseño de políticas de empresas, en especial de pequeñas y medianas organizaciones. Aquí comparte sus mejores recuerdos con la comida y momentos importantes a lo largo de su vida: desde su infancia en los bosques del Valle del Elqui, donde aprendió a apreciar los tesoros que crecen en la tierra, hasta sus viajes por el mundo y la conexión que hizo, por ejemplo, con un plato típico de Suiza, uno que cuando pidió por primera vez no sabía ni pronunciarlo y hoy está entre sus favoritos.
El plato de su vida
Mario Astorga creció en Coquimbo. Como era asmático, cada vez que tenía una crisis sus padres lo enviaban al Valle de Elqui a casa de unos familiares, para aprovechar el clima húmedo. Cuenta que justamente en cada viaje a ese lugar que describe como mágico, especialmente el pueblo de Gualliguaica, aprendió a descubrir el valor de las frutas y verduras recién cosechadas. “Un tomate recién cortado o un durazno recién cosechado tienen un sabor infinitamente superior a los productos que se encuentran hoy en las verdulerías y supermercados. Por ende, cada vez que estoy en el campo y huelo las hierbas y las frutas madurando en el árbol retorno a mi infancia y adolescencia y a los bellos recuerdos de esos momentos”, rememora.

“Cada vez que estoy en el campo y huelo las hierbas y las frutas madurando en el árbol retorno a mi infancia y adolescencia”
Con quién compartiría
Con un gran gusto por la política y la gastronomía, al presidente de BordeRío le hubiera encantado tener la oportunidad de compartir mesa con personajes importantes de la historia de Chile que ya no están.
“Hay varios políticos que han sido excelentes gastrónomos y cocineros. Chile debe ser de los pocos países que tiene dos de sus principales sándwiches inventados por insignes políticos”, dice, en referencia al ex presidente Ramón Barros Luco, que tiene un sándwich con su nombre, y a Ernesto Barros Jarpa, diplomático y político que fue tres veces ministro de Relaciones Exteriores del país y, en cuyo honor, fue creado el famoso Barros Jarpa.
Pero si tuviese que escoger uno, dice que una mesa ideal que mezcle política y comida sería con Patricio Aylwin. Le preguntaría su opinión sobre la coyuntura actual del país y está seguro de que “su sabiduría y templanza” le ayudarían a comprender un momento político y económico que hoy le resulta “absolutamente incomprensible”.
“En Chile, hasta hace no mucho tiempo una buena comida era sinónimo de platos abundantes (..) .pero afortunadamente eso ha cambiado”
Sabores del mundo
Astorga recuerda con especial cariño un viaje de trabajo a Suiza, y específicamente una visita a un pequeño restaurante de montaña atendido por sus propios dueños. “Ellos no sabían mucho inglés y mi swiss-german era casi inexistente. Así que a señas pedí un plato del que ni siquiera retuve el nombre en primera instancia y para mi sorpresa llegó a mi mesa uno de los platos más sabrosos y simples que he comido en la vida: el famoso Spätzli, una pasta con una alta proporción de huevo y agua, con una preparación muy particular de la que salen pequeñas unidades, que ellos llaman pequeñas golondrinas. Se pueden acompañar de carnes o aves, pero mis favoritos son acompañados de una crema de quesos suizos de campo”, cuenta, mientras admite que le sorprende y emociona que un plato “tan simple” pueda ser exquisito y sofisticado al mismo tiempo. Ha tenido la suerte de volver a Suiza algunas veces más y siempre, ese plato es protagonista en cada viaje.
“Chile debe ser de los pocos países que tiene dos de sus principales sándwiches inventados por insignes políticos”
Que sí y que no
“Entiendo que la comida saludable dejó de ser una moda hace mucho rato, porque para tener una mejor calidad de vida en la vejez debemos aprender a comer saludablemente”, asegura. Sin embargo, aclara que no comparte las posturas “más extremas” de aquellas personas que eliminan todo tipo de carnes de animales de sus dietas: “Allá ellos”. En lo que sí cree es en una dieta más balanceada, en no dejar nunca de lado una buena ensalada, en acompañar las proteínas animales con verduras frescas o salteadas y en valorar los aceites que aportan los pescados al mejor funcionamiento del organismo humano.
“En Chile, hasta hace no mucho tiempo una buena comida era sinónimo de platos abundantes (…) y los comensales privilegiaban el tamaño del plato por sobre la presentación y la calidad, pero afortunadamente eso ha cambiado dramáticamente, y hoy en día la gente goza la experiencia de un plato bien preparado, bien presentado, bien servido y con un balanceo de alimentos que favorecen una vida más saludable”, sostiene.