Marcelo Solari,gerente general del Holding Kibernum: “El 90% de las cosas que elijo comer me nutren el alma”
Además de ser el gerente general de Kibernum, Marcelo Solari es padre, músico, practica yoga y running. Ha cambiado alrededor de seis veces de rol en la empresa, y en ese camino ha ido desarrollando distintas pasiones, como la comida. Aquí explica cómo una buena mesa puede generar buenos negocios y grandes experiencias.

En su tercer año en la carrera de psicología, Marcelo Solari se vio atraído por la tecnología y aunque decidió continuar, se orientó un poco más hacia el área de gestión. Hoy dirige las operaciones del Holding Kibernum Chile como gerente general, cargo que llegó a ocupar después de 15 años aproximadamente trabajando en la compañía.

“Mucha gente me pregunta: ¿Cómo un psicólogo dirige una empresa de tecnología? Y yo respondo: ¿Por qué no? Estamos hablando de tecnología que impacta a seres humanos y seres humanos que impactan la tecnología. Entonces los psicólogos tenemos mucho que decir aquí”, dice.

Una historia con almejas y otra con un festín de carnes están en su memoria gastronómica. Aquí las comparte.

El plato de su vida

Solari es el mayor de tres hermanos, pero aún recuerda cuando solo era él y viajaba con sus padres al norte de Chile. Ahí, en una playa entre Tongoy y Papudo, su padre compraba mariscos frescos a la orilla del muelle. Junto a un kilo de almejas, limones y un cuchillo, ambos subían las rocas del mar y se sentaban a comer. “Esas eran nuestras mañanas de sábado en Papudo. Cada vez que siento el aroma a almejas frescas me acuerdo de eso y es maravilloso”, cuenta sobre una rutina que marcó su infancia.

“Cada vez que siento el aroma a almejas frescas me acuerdo de mi infancia y es maravilloso”.

Con quien compartiría

La experiencia de las almejas y las rocas la repetiría sin duda junto a su padre, quien es ingeniero y un hombre “muy de los números”, pero sin duda una gran influencia en su vida. Lo describe como alguien que, al menos en ese momento, no era muy consciente de los recuerdos que estaba creando y de las experiencias placenteras que era capaz de brindar, tan solo con su compañía. “Yo creo que él simplemente no se daba cuenta”, dice. Hoy agradece que esa devoción por los mariscos derivara en momentos inolvidables en la playa y en la creación de recuerdos memorables como padre e hijo.

Sabores del mundo

El ejecutivo cuenta que tiene un doble vínculo con la comida: uno terrenal y otro espiritual. 

Su trabajo le ha permitido viajar mucho y gracias a eso ha podido probar platillos, cada uno con su historia detrás. Uno que lo acerca a su vínculo más terrenal con la comida y que asocia con grandes momentos en el negocio es la carne, particularmente la que hacen en Texas, Estados Unidos. “Ahí hacen carnes ahumadas. Las hacen en los ahumaderos, entonces cuando tú caminas por el restaurante no ves nada, es una nube que no te deja ver”, recuerda. Con ese método es posible lograr que un pedazo en el plato pueda ser partido muy fácilmente con un tenedor. Y él lo comprobó.

Ese viaje fue muy significativo porque la compañía estaba en pleno plan de expansión hacia Estados Unidos. Y ahí, en ese festín de carne ocurrieron cosas importantes: “Fue una buena comida, para conectar con las buenas conversaciones y conectar con los buenos negocios desde el cariño y la felicidad de comer”, dice, y añade que en ese tipo de instancias “aparece un ser humano más noble, y cuando estás con un ser humano así, se crean negocios más nobles, como los que le faltan al mundo”.

“Al hacer negocios en una mesa de comida aparece un ser humano más noble, y cuando estás con un ser humano así, se crean negocios más nobles, como los que le faltan al mundo”.

Que sí y que no

Solari cuenta que está cada día más conectado con su salud y que por esa razón hace rato se despidió de las grasas saturadas. “El 90% de las cosas que elijo comer me nutren el alma”, asegura, sobre una decisión que está muy relacionada a prácticas que ha incorporado a su vida, como el yoga, que indirectamente le ayudó a reducir el consumo de carne y darle más prioridad a los vegetales, al menos en el día a día.

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